viernes, 23 de mayo de 2008

Juventud… ¿divino tesoro? (1ª parte)

Tras ver un documental que llevaba por título La vida por 1000 euros, y que se emitió el martes 20 de Mayo en el programa Documentos TV, sentí la imperiosa necesidad de hacer un post como este, dedicado a ese sector de la población tan particular: la juventud. Esa “panda de vagos”, que “no tienen respeto ni educación”, y que, según dicen, “son unos maleantes” que “no saben apreciar lo que tienen”. Démosles las gracias a nuestros mayores, que ellos siempre tienen respeto y buenas palabras para los jóvenes.

¿Cuál es la etapa más difícil de la vida? Sería difícil responder a esta pregunta, pero parece claro que, a pesar de las comodidades que pueda haber, la más fácil no es la juventud. Yo me quiero ocupar de esta etapa, pero dejando a un lado la adolescencia y centrándome más en esos ‘veinteañeros’ y ‘treintañeros’, muchos de los cuales pertenecen a los llamados ‘mileuristas’ (tema al que estaba dedicado el citado documental). Y quiero por ello recuperar dos romanceros que hice unos años ha (concretamente hace dos años), y que, aunque cambien los actores en algunos casos, la situación poco o nada ha variado.

El tema del primer romancero es el botellón, esa actividad lúdico-festiva que tantos problemas causa a los vecinos, y muchos más a los dueños de bares de copas, y que se intenta erradicar, con más o menos éxito, tratando como delincuentes a los que los que lo practican. Un brindis en honor de la juventud y el botellón. Salud compañeros.


En tiempos poco rebeldes,
Presos de monotonía,
La juventud cambia el modo
De mostrar su rebeldía.

Ya no abogan por trincheras
Ni intentan revoluciones,
Ahora toman las calles
Realizando botellones.

Y por eso les acusan
De delincuentes y vagos,
Porque prefieran la calle
Para tomarse unos tragos.

¿Y qué?, si es su desahogo,
Si así liberan tensiones,
Se olvidan de los estudios
Y aparcan sus frustraciones.

Y aunque digan sus mayores
Que sólo son maleantes,
Y se ha perdido el respeto
De los jóvenes de antes,

No son los tiempos modernos
La cuna del gamberrismo,
Ni es de respeto tampoco
Hacer juicios de cinismo.

Y si bebiendo en la calle
Protestan esas criaturas,
Que engrosan listas de paro
Con varias licenciaturas,

Bienvenido sea el que llaman
'Macrobotellón' nocturno,
Que va a escupirle en la cara
Al político de turno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que si por un botellon te llaman maleante, como lllamar al que te chupa la sangre, hoy mis padres (que son los tuyos) se han enterado de lo que vale un cubata en el pueblo, si se han asustado 500 pts, decia Pepe; Cómo puede ser, y la crisis. Claro se estrañó de que con 21€ que gano a la semana, no tuviese para el fin de semana, eçy eso que estamos en Santaella un pueblo pequeñito, donde la vida no es demasiado cara.
Ole por ese hermano que tengo que escribe como los angeles, aunque él no crea en ellos.