- Sí que es verdad. Será por pereza, o por falta de motivación, o por todo un poco. La verdad es que como veo que apenas me dejan comentarios, pues se me quitan las ganas de tener ganas. A veces pienso que escribo sólo para mí.
- Lo que pasa es que la gente tiene cosas más importantes que hacer, y no va a estar siempre pendiente de lo que escribe un pardillo como tú.
- Eh, sin faltar, que yo no te he insultao, mendrugo.
- Piensa además que los temas que tratas a lo mejor no le resultan interesantes a todo el mundo, y que a veces sueltas unas parrafadas que sin anestesia previa no se pueden digerir.
- Yo escribo sobre lo que considero importante, cuestiones de más o menos actualidad, y alguna que otra estupidez, bien es verdad.
- Demasiadas tonterías amigo. Bueno, ¿piensas hablar de algo interesante en esta entrada, o vas a terminar ya con esta pamplina y hasta dentro de un par de meses o tres no vuelves a contar nada? Mira que te tengo ya calao.
- ¿Qué te parece si hablamos de la crisis?
- ¿Crisis? ¿Qué crisis?
- La de los misiles del 62, no te jode. Pues la crisis económica.
- Ah, venga. Pero ese tema está ya muy trillao.
- Tal vez, pero es que me parece interesante el desplome que ha tenido la bolsa en Estados Unidos.
- Menudo batacazo se han llevao en Wall Street. Algunos se habrán acordao de la crisis del 29.
- Se creían que el mercado se podía mantener solo. Y ahora, fíjate, el Estado ha tenido que intervenir.
- Quien nos lo iba a decir, ¿verdad? Que a estas alturas de la película se pongan los yanquis a nacionalizar empresas…
- Y además una de las inmobiliarias más importantes del mundo.
- Se han llevado toda su vida hablando de liberalismo y neoliberalismo, que si libre mercado por aquí, que si autorregulación de los bancos por allá, y al primer revés fuerte que les da la economía se produce un intervencionismo del estado en toda regla.
- Se han pasado todo el tiempo persiguiendo rojos y satanizando el socialismo, y ahora se sacan de la manga medidas de este tipo.
- No, si resultará que al final se harán comunistas estos yanquis.
- ¿Te imaginas? La siguiente medida podría ser poner una foto de Marx en el despacho oval.
- ¿De quién, de Groucho?
- De Karl Marx, imbécil. Aunque tampoco les vendría mal la otra.
Sí, sí. Y que repartieran ejemplares de El Capital entre las multinacionales y los bancos.
- Ya estoy viendo los titulares: “Estados Unidos abandona el capitalismo y opta por políticas socialistas”.
- En fin, sueños aparte, lo que está claro es que el liberalismo no es un sistema tan perfecto como nos hacían creer. Tiene sus agujeros, y bastante gordos por cierto.
- Sí, por eso yo prefiero seguir viviendo en la utopía.
- Viviendo en la utopía, y bebiendo frutopía, ¿no?
- Ja, Ja. Festival del humor…
- Sí, la verdad es que el chiste ha sido malo, pero los tengo peores.
- Bueno, ¿qué?, ¿piensas decir algo más?
- No, por ahora ya está bien. Eso sí, como decía aquella mítica frase: “y mañana… ¡hablaremos del Gobierno!”.
- Bueno, lo de mañana será un decir. Seguro que tardas un montón de tiempo en actualizar esto otra vez.
- ¡Otra vez la burra al trigo!
- Bueno, pues hasta la próxima y punto.
- Y punto final.