En estas fiestas tan entrañables, en las que su majestad Juan Carlos I (y esperemos que último) cumple 70 años, uno menos en las islas Canarias, quisiera enviarle mi particular felicitación al rey (guey en el habla juancarlista) de todos los españoles, incluida esa pequeña colonia de cabras que habita en Perejil. Y que mejor forma de hacerlo que con una peculiar loa a la corona. Como él es tan campechano aceptará de buen grado las críticas. Estamos en una democracia, y aquí nadie va a sufrir represalias por criticar a ninguna institución, ni será juzgado por dibujar nada… ¡Faltaría más! Esto es España (¡¡¡con acento en la p ostias!!!).
Y ahora quiero dirigirme a ti, querido Juanca (¡¿cuál es mi cámara?!), para felicitarte por tu setenta cumpleaños. Que cumplas muchos más y que todos lo veamos, pero en vez de sentado en un trono, sentado en un silloncito de eskay normal y corriente. A ti te dedico este romancero, que se viste de gala en estos días tan especiales para conmemorar tan bonita efemérides. El texto tiene ya unos años (pero más tiene la monarquía y nadie dice nada), data del 75 aniversario de
Nostalgia republicana.
Roja y gualda es mi bandera,
Con una franja morada.
Nostalgia del 31,
Nostalgia de aquella hAzaña,
Nostalgia de ver sin rey
A todo el rei-no de España.
Pero basta de nostalgias,
Miremos hacia delante.
El futuro se construye
Poniendo de nuestra parte.
La República es posible.
Es posible y es precisa.
Pero que el pueblo no bese
Por donde Juan Carlos pisa.
El pueblo sigue dormido,
Debemos de despertarlo,
Despertarlo de ese sueño,
De su profundo letargo.
Siempre igual, la misma historia:
“nos cuesta muchos millones,
Pero es que es tan campechano…”
¡No me toquéis los borbones!
La figura del monarca
No cumple función alguna.
Y no olvidéis que este rey
Lo impuso una dictadura.
Así que alcemos la voz:
¡Que venga ya la tercera!
Que la República viva
Y la Monarquía muera.
Que suene el himno de Riego,
Que ondee la tricolor
Que no llegue a ser princesa
La infanta Doña Leonor.
Que la sangre azul sea roja,
Que el chollo tenga un final,
Y que este bendito sueño
Sea lo único Real.